En un tono inusualmente serio, el expresidente Donald Trump ha retomado su interés en expandir el control de Estados Unidos sobre territorios estratégicos como Groenlandia y el Canal de Panamá. Según sus recientes declaraciones, las motivaciones detrás de estas aspiraciones combinan preocupaciones de seguridad nacional e intereses comerciales, señalando que ambas ubicaciones son clave para garantizar la supremacía estadounidense frente a potencias como China y Rusia.
Trump declaró que el control absoluto de estos territorios es una «necesidad estratégica». Sus comentarios fueron especialmente duros contra Panamá, acusando al país de imponer tarifas «ridículas» en el canal y advirtiendo que podría abandonar el tratado firmado durante la administración Carter si la situación no cambia.
Groenlandia: un interés renovado por recursos y geopolítica
Groenlandia ocupa un lugar central en las ambiciones de Trump debido a su posición estratégica en el Ártico y sus riquezas minerales. El deshielo acelerado ha abierto nuevas rutas marítimas que podrían ser cruciales para el comercio y la navegación militar, además de exponer grandes reservas de tierras raras esenciales para la tecnología avanzada.
Trump ya había propuesto la compra de Groenlandia en su primer mandato, una oferta que fue rechazada por Dinamarca en múltiples ocasiones. Sin embargo, su interés parece haberse intensificado, y los expertos sugieren que su estrategia se asemeja al expansionismo de Theodore Roosevelt, al tiempo que busca evitar el fortalecimiento de China en el Ártico.
Marc Jacobsen, experto en seguridad ártica, señaló que aunque la propuesta ha sido recibida con furia en Dinamarca, podría representar una oportunidad económica para Groenlandia, que ha mostrado interés en estrechar lazos con Estados Unidos.
Panamá: tensiones por el canal
En el caso de Panamá, las declaraciones de Trump han reavivado la polémica. Al calificar las tarifas del canal como una «estafa» contra Estados Unidos, Trump insinuó que podría tomar medidas drásticas si no se revisan los acuerdos actuales. Además, expresó su preocupación por la influencia china cerca del canal, donde empresas con sede en Hong Kong controlan puertos estratégicos.
Las respuestas de los líderes locales no se hicieron esperar. El presidente panameño, José Raúl Mulino, afirmó tajantemente que la soberanía del canal no está en negociación, mientras que expertos señalaron que las acusaciones de Trump carecen de fundamento, ya que China no tiene control sobre la vía interoceánica.
Entre expansión y diplomacia
Aunque las declaraciones de Trump han sido criticadas, los analistas advierten que sus propuestas no deben ser subestimadas. En el caso de Groenlandia, podría tratarse de un movimiento para reforzar la presencia estadounidense en el Ártico frente a sus adversarios geopolíticos. En Panamá, las tensiones podrían estar motivadas tanto por intereses estratégicos como por rencores personales, derivados de disputas legales previas relacionadas con la Organización Trump.
La visión de Trump, que mezcla expansionismo y realpolitik, sigue polarizando la opinión internacional. Mientras algunos ven sus propuestas como agresivas e impracticables, otros creen que reflejan una estrategia clara para proteger los intereses estadounidenses en un contexto de creciente rivalidad global.