Mejor hora para regar el césped

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Written by David Alcantara

mayo 28, 2025

No es solo una cuestión de rutina o comodidad. La mejor hora para regar el césped tiene que ver con temperatura, humedad, evaporación y salud del suelo. Regar en el momento equivocado puede significar desperdicio de agua, aparición de hongos o raíces débiles. Pero hacerlo en el momento justo puede transformar por completo cómo luce, crece y resiste tu jardín.

Y no hablamos solo de jardines grandes. Incluso en espacios pequeños o céspedes domésticos, el horario en que riegas determina si el agua nutre… o simplemente desaparece. Elegir bien la hora no solo es más eficiente: es más natural. Porque te alineas con lo que la hierba necesita. No con lo que a ti te viene bien.

Por la mañana temprano: el momento más eficiente, saludable y seguro

Si hay un horario que todos los expertos coinciden en recomendar, es este: entre las 5:00 y las 9:00 de la mañana, justo cuando amanece. Este tramo del día tiene todo a favor. La temperatura aún es baja, el viento es casi inexistente, y el sol no ha comenzado a evaporar el agua. Eso significa que cada gota cuenta.

Además, el césped aprovecha mejor la humedad matutina porque está en pleno proceso de activación fotosintética. Las raíces reciben agua mientras aún están frescas, y las hojas tienen tiempo de secarse gradualmente con la luz del sol. Esto reduce uno de los principales riesgos del riego inadecuado: la proliferación de hongos y enfermedades foliares, muy comunes cuando la hierba permanece mojada muchas horas sin ventilación.

Regar temprano también permite que el sistema de riego funcione con mejor presión, especialmente si compartes suministro con otros hogares. Y si usas riego manual, es más cómodo: el sol no quema, el césped está relajado, y tú puedes aprovechar ese momento casi ritual para empezar el día en calma.

Por eso, cuando se pregunta cuál es la mejor hora para regar el césped, la respuesta es clara: a primera hora de la mañana, antes de que el calor y la evaporación entren en escena. Ahorras agua, cuidas el césped y previenes problemas. Todo al mismo tiempo.

Al atardecer: una segunda opción con matices importantes

No todas las personas pueden regar por la mañana. En ese caso, el siguiente mejor momento es al final del día, aproximadamente entre las 18:00 y las 20:00, cuando el sol comienza a bajar pero el calor residual aún mantiene una buena temperatura ambiente.

Este horario tiene sus ventajas. El viento ha disminuido, el suelo aún conserva algo de calor y el agua no se evapora tan rápido. Pero también tiene riesgos: si el césped permanece húmedo durante toda la noche y la temperatura baja demasiado, las condiciones se vuelven propicias para hongos, moho y enfermedades como el “damping off” o el “pithium”. Por eso, si riegas en este horario, asegúrate de que el césped tenga al menos una hora de luz para comenzar a secarse.

Otra ventaja del riego vespertino es que el agua permanece más tiempo disponible en el suelo, lo que favorece la hidratación profunda. Esto puede ser útil en zonas de clima seco o en días especialmente calurosos, cuando el césped necesita recuperar humedad antes de la noche.

Pero hay que tener cuidado con los excesos. Muchas personas creen que por ser tarde deben regar más, cuando en realidad lo ideal es regar de forma controlada y uniforme. El exceso de agua en la noche no se evapora: se estanca. Y eso, para el césped, es un problema más que una ayuda.

Entonces, ¿es una buena hora para regar? Sí, si lo haces con medida, si el clima no es extremadamente húmedo y si aseguras cierto margen de secado antes de que caiga la noche por completo. Es una segunda opción viable. Pero no la mejor. Solo la más práctica para ciertos horarios de vida.

Riego al mediodía: lo que debes evitar (salvo en casos muy concretos)

Puede parecer evidente, pero aún muchas personas riegan alrededor del mediodía o primeras horas de la tarde, justo cuando el sol está en su punto más alto. Y eso es, en casi todos los casos, un error.

Durante estas horas, la temperatura del aire y del suelo es máxima. El agua que cae sobre el césped se evapora antes de llegar a las raíces, lo que significa que gran parte del riego se pierde. Y si el riego es por aspersión, ese efecto se acentúa: el agua flota, se dispersa, y la eficiencia cae en picado.

Además, las gotas que quedan sobre las hojas actúan como pequeñas lentes que intensifican los rayos solares. Esto puede provocar quemaduras en el césped, especialmente en especies más delicadas o en zonas con alta radiación solar. El resultado es contradictorio: se riega para hidratar, pero se genera estrés térmico en la planta.

Solo hay una excepción: los llamados riegos de emergencia. En días extremadamente calurosos, con temperaturas superiores a los 35 °C, un riego breve y controlado al mediodía puede servir para enfriar el césped y evitar su marchitamiento. Pero debe ser ligero, superficial, y más orientado a refrescar que a hidratar.

En resumen, salvo estos casos puntuales, regar a mediodía no solo es ineficiente: es contraproducente. El césped recibe menos agua, gasta más energía y se vuelve más vulnerable. Si tienes que elegir entre regar mal o no regar, espera. Y hazlo en un momento en que el agua realmente sirva.

Porque la mejor hora para regar el césped no es la que te queda libre. Es la que lo alimenta, lo cuida y lo protege de verdad. Y esa elección, aunque parezca simple, cambia por completo cómo crece tu jardín. Y cómo lo disfrutas.

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