La UCO avanza en la investigación de la trama vinculada al PSOE, revelando una estructura de chivatazos destinada a proteger a los implicados. Las pruebas recabadas, incluidas grabaciones clave, muestran cómo agentes de la Guardia Civil y funcionarios del Ministerio de Hacienda facilitaron información para que los miembros de la trama, liderada por Víctor de Aldama y Koldo García Izaguirre, evitaran ser descubiertos.
Entre los elementos más reveladores se encuentra una conversación de noviembre de 2023 en la que un agente coordinado con Rubén Villalba, comandante de la Guardia Civil y principal implicado en los chivatazos, admite que había un «aviso gordo» proveniente de niveles superiores que garantizaba la protección de la red.
Grabaciones que revelan jerarquías
El informe de la UCO detalla una conversación en la que Villalba es advertido por un compañero sobre los riesgos de ser descubierto:
«Que también te digo, van a buscar a ver si algún pelado ha hecho esto cuando el aviso gordo lo tenían… por lo que lo tenían… ¿no?»
Este extracto confirma el miedo de los implicados a ser «cazados» y la existencia de una estructura superior, más allá de la Guardia Civil, que daba las órdenes. El acceso a archivos policiales y la manipulación de sistemas de alertas automáticas refuerzan la hipótesis de un plan coordinado desde instancias políticas.
Implicaciones políticas
La red de chivatazos no solo se limitó a encubrir a los miembros de la trama, sino que involucró a instituciones bajo el control del Ministerio del Interior. Estos chivatazos permitieron que Aldama tuviera acceso a archivos confidenciales para espiar a funcionarios, como el inspector de Hacienda que inicialmente investigó las irregularidades en los contratos públicos relacionados con mascarillas durante la pandemia.
El comandante Villalba, figura central en este esquema, comenzó a colaborar con la trama apenas una semana después de un encuentro entre Aldama y Begoña Gómez (esposa de Pedro Sánchez) en San Petersburgo en septiembre de 2019.
Un sistema diseñado para eludir controles
La sofisticación del sistema de chivatazos es alarmante. Aldama fue integrado en mecanismos de alertas automáticas, lo que le permitió adelantarse a posibles investigaciones. Estos sistemas, custodiados por organismos bajo el mando del Ministerio del Interior, fueron instrumentalizados para proteger a la trama y evitar que la Justicia actuara.
En una anotación al juez instructor, la UCO señaló que estas alertas no fueron debidamente investigadas por la Unidad de Villalba, lo que refuerza la sospecha de complicidad institucional en el encubrimiento de la red.
Conclusión: encubrimiento y corrupción en la cúpula
Las revelaciones sobre el «plan superior» para proteger a los implicados en la trama Koldo apuntan a una jerarquía política que utilizó recursos del Estado para encubrir irregularidades y garantizar impunidad.
El caso subraya la necesidad de una investigación profunda e independiente que abarque no solo a los operativos directos, sino también a los niveles políticos más altos que permitieron que esta red operara con total impunidad.