El Gobierno de España, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), ha movido ficha para consolidar su influencia en Telefónica, forzando la salida de José María Álvarez-Pallete como presidente de la emblemática compañía de telecomunicaciones. En su lugar, se ha nombrado a Marc Murtra, actual presidente de Indra, una figura propuesta previamente por el Ejecutivo y considerada afín a su estrategia de control empresarial.
El anuncio oficial se realizó el pasado sábado tras un consejo de administración extraordinario en el que se comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el cese de Álvarez-Pallete, quien lideró Telefónica desde 2016. El comunicado resalta que la renovación busca «adaptarse a la nueva estructura accionarial» y atender las solicitudes de accionistas relevantes que han abogado por un cambio de liderazgo.
Un relevo estratégico bajo control gubernamental
El cambio en la cúpula de Telefónica no es casual. La SEPI, que posee el 10% de la compañía, activó el proceso para garantizar que la presidencia esté alineada con los intereses del Estado. Además, la operadora saudí STC, que adquirió el 10% del capital en 2023, ha añadido un factor de complejidad al tablero, lo que ha llevado al Ejecutivo a reforzar su presencia en el consejo de administración.
El consejo, de manera unánime, agradeció a Álvarez-Pallete por su «esfuerzo y dedicación» a lo largo de su extensa trayectoria en Telefónica. Sin embargo, su salida no será simbólica: la compañía deberá desembolsar una indemnización cercana a los 20 millones de euros, en línea con las condiciones establecidas en su contrato.
Marc Murtra: El nuevo rostro de Telefónica
El perfil de Marc Murtra no es ajeno a los designios gubernamentales. Fue nombrado presidente de Indra en 2021, también con el respaldo de la SEPI, que controla el 28% de esta empresa clave en el sector de la defensa. Ahora, su llegada a Telefónica ocurre en un momento crucial, marcado por una serie de movimientos accionariales que buscan preservar la «españolidad» de la compañía frente a influencias extranjeras.
Murtra asume el liderazgo de Telefónica con una agenda cargada de retos, incluyendo la consolidación del mercado nacional, la modernización de sus operaciones y la defensa de su posición frente a gigantes internacionales. Su perfil como gestor estratégico y su cercanía al Ejecutivo lo convierten en una pieza clave dentro del engranaje estatal.
Cambios en la estructura accionarial
El contexto para este relevo incluye la reciente adquisición del 10% de Telefónica por parte de CriteriaCaixa, que ha posicionado a esta entidad muy cerca del porcentaje controlado por la SEPI. Este equilibrio accionarial refleja la intención de mantener la influencia española en el consejo de administración, frente al avance de actores extranjeros como STC.
Por su parte, el Gobierno no descarta incrementar la participación de la SEPI en Telefónica para reforzar su posición. De hecho, el relevo de Murtra ha sido interpretado como una maniobra para consolidar esta estrategia, especialmente tras movimientos recientes como la sustitución de Carmen García de Andrés por Carlos Ocaña Orbis, representante directo de la SEPI en el consejo.
Un movimiento polémico y cargado de implicaciones
La sustitución de Álvarez-Pallete y la llegada de Marc Murtra ponen de manifiesto una clara intención del Gobierno de ejercer control sobre empresas estratégicas. Este cambio genera preguntas sobre la independencia de Telefónica como corporación y su capacidad para operar en un entorno internacional competitivo, especialmente en un contexto en el que la globalización exige flexibilidad y autonomía empresarial.
La salida de Pallete, con un legado que incluye su liderazgo como presidente de la GSMA, deja un vacío en la dirección de una de las empresas más relevantes de España. Sin embargo, su reemplazo por Murtra refuerza el mensaje de que, bajo la tutela del Estado, Telefónica está llamada a ser un bastión de los intereses nacionales.