El avance de la Inteligencia Artificial (IA) promete transformar nuestras vidas, desde la atención médica hasta la optimización de procesos productivos, facilitando tareas complejas y aumentando la eficiencia. Sin embargo, para el Gobierno de Pedro Sánchez, esta revolución tecnológica representa también una oportunidad para ampliar su control sobre el mercado y la actividad empresarial, incrementando la intervención estatal en el desarrollo y uso de esta tecnología.
A partir de febrero de 2025, se implementarán inspecciones sobre las prácticas relacionadas con la IA a través de la recién creada Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA). Además, desde agosto de 2025, este organismo contará con potestad sancionadora, consolidando su papel como ente regulador en un contexto marcado por la agenda intervencionista del Ejecutivo.
Inspecciones y multas: el papel de la AESIA
En una respuesta parlamentaria dirigida a diputados del Partido Popular, el Gobierno ha revelado detalles sobre el funcionamiento de la AESIA. La agencia, cuya sede estará ubicada en La Coruña, comenzará sus actividades de inspección en febrero de 2025 y asumirá la capacidad sancionadora en agosto del mismo año, siguiendo las directrices marcadas por la normativa comunitaria.
La AESIA, adscrita al Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, contará con 80 empleados en su primera etapa, entre 2024 y 2025. Aunque sus funciones incluyen el fomento de la IA responsable, actividades de formación y el apoyo a pequeñas y medianas empresas, su capacidad sancionadora refuerza la tendencia del Gobierno de Sánchez hacia el intervencionismo en el ámbito económico y tecnológico.
Según lo explicado por el Ejecutivo, este organismo pretende supervisar y sancionar las prácticas prohibidas en IA, justificando su creación bajo el objetivo de «minimizar riesgos» en áreas sensibles como la privacidad, la seguridad y la salud de las personas. Sin embargo, estas medidas generan dudas sobre si este control podría convertirse en un obstáculo adicional para la innovación y la actividad empresarial.
España, pionera en supervisión de IA
La creación de la AESIA fue anunciada en 2022, con el Gobierno destacando que España sería el primer país europeo en contar con una agencia de supervisión de la IA. Con una partida inicial de 5 millones de euros en los Presupuestos Generales de 2022, el organismo fue presentado como una iniciativa para liderar la regulación en el continente.
El Ministerio de Economía afirmó que esta agencia sería clave para desarrollar un ecosistema empresarial e investigador en IA, asegurando que contribuiría a reducir riesgos y proteger derechos fundamentales. Sin embargo, muchos expertos temen que esta supervisión no sea más que una herramienta para controlar la actividad empresarial, dificultando el avance tecnológico y sometiendo a las empresas a un escrutinio excesivo.
Una supervisión que podría limitar la innovación
Si bien la creación de la AESIA se presenta como un paso hacia la regulación responsable de la IA, no podemos ignorar los riesgos inherentes a un modelo de intervención excesiva. La capacidad sancionadora de este organismo, sumada al historial de políticas intervencionistas del Gobierno de Sánchez, genera preocupaciones sobre las posibles trabas que podrían imponerse a las empresas, especialmente a pymes y startups.
Mientras la IA promete revolucionar el mundo, España corre el riesgo de convertir esta oportunidad en una barrera para el crecimiento empresarial y la innovación. La pregunta clave sigue siendo: ¿hasta dónde llegará el control del Gobierno en este nuevo ecosistema tecnológico?