El anuncio de Donald Trump sobre la posible imposición de un arancel del 25 % a los productos provenientes de Canadá y México ha generado una ola de incertidumbre. Aunque Estados Unidos es la mayor economía de América del Norte y tiene una menor dependencia del comercio en comparación con sus vecinos, el impacto de estos aranceles sería significativo, especialmente para los consumidores y algunas industrias específicas.
Los bienes que llegan desde México y Canadá, como el aguacate, la cerveza, el acero, los automóviles y el petróleo, verían un aumento de precios, trasladando los costos a los hogares estadounidenses. Este aumento provocaría una mayor inflación, desincentivaría el consumo y podría ralentizar la economía en general.
Aunque algunos sectores podrían beneficiarse de esta medida, como los productores de frutas y verduras estacionales que compiten con sus homólogos mexicanos, la mayoría de las industrias se verían afectadas negativamente. Incluso sectores como la industria automotriz, con fuertes cadenas de suministro transfronterizas, podrían enfrentar interrupciones que impactarían tanto a los trabajadores como a los consumidores finales.
Por otro lado, los economistas estiman que los aranceles podrían costarle a Estados Unidos alrededor de 200 mil millones de dólares en producto interno bruto durante el segundo mandato de Trump. Las represalias de Canadá y México podrían agravar aún más el impacto económico.
Canadá: Una relación comercial en la cuerda floja
La relación comercial entre Estados Unidos y Canadá es una de las más integradas del mundo, con bienes por un valor de 2,500 millones de dólares cruzando la frontera diariamente. Desde vehículos que cruzan varias veces entre ambos países antes de ser ensamblados, hasta petróleo y materias primas esenciales, esta conexión comercial es vital para ambas economías.
Sin embargo, si los aranceles de Trump se materializan, las consecuencias para Canadá podrían ser devastadoras. Los economistas predicen una pérdida económica anual de entre el 2 % y el 2.6 % del PIB canadiense, poniendo en riesgo más de un millón de empleos, particularmente en sectores clave como el automotriz y el energético.
La dependencia de Canadá de Estados Unidos para el 80 % de sus exportaciones lo convierte en un país especialmente vulnerable a cualquier restricción comercial. Además, si se aplican aranceles a productos energéticos, como el petróleo que Canadá exporta masivamente a Estados Unidos, las provincias como Alberta enfrentarían una recesión económica sin precedentes.
Los funcionarios canadienses han indicado que estarían dispuestos a implementar medidas de represalia, atacando bienes estadounidenses como el whisky de Tennessee y el jugo de naranja de Florida, pero estas acciones difícilmente compensarían las pérdidas totales.
México: Un impacto devastador en su economía
Entre las tres economías norteamericanas, México es la más dependiente del comercio con Estados Unidos, que representa el 80 % de sus exportaciones. Las fábricas ubicadas cerca de la frontera y enfocadas en atender el mercado estadounidense sufrirían de manera directa.
Los economistas advierten que un arancel del 25 % podría causar una reducción de 2 puntos porcentuales en el crecimiento del PIB mexicano, desencadenando cierres de fábricas y pérdidas de empleo masivas. La industria automotriz, que emplea a más de un millón de personas, sería especialmente vulnerable debido a su fuerte dependencia de las cadenas de suministro transfronterizas.
Otros sectores clave, como la agricultura, también se verían afectados. México proporciona más del 60 % de las verduras y el 47 % de las frutas importadas por Estados Unidos. Productos emblemáticos como el aguacate experimentarían una disminución de exportaciones, afectando a miles de agricultores en regiones como Michoacán.
México tiene una capacidad limitada para suavizar el golpe de estos aranceles debido a los desafíos presupuestarios. Sin embargo, una moneda más débil podría beneficiar a su industria turística, atrayendo más visitantes estadounidenses debido a los costos reducidos. Aun así, los economistas señalan que este beneficio sería insignificante en comparación con el daño en otros sectores.
¿Hacia dónde va América del Norte?
Los aranceles propuestos por Trump no solo amenazan con destruir décadas de integración económica, sino que también subrayan la interdependencia de las tres naciones. Aunque cada país enfrentaría desafíos específicos, la disrupción de las cadenas de suministro y el aumento de precios afectarían negativamente a toda la región.
En última instancia, estas medidas podrían desestabilizar la economía norteamericana y debilitar su posición frente a otros competidores globales, como China. La pregunta ahora es si Trump usará esta amenaza como una táctica de negociación o si realmente llevará a cabo una política que podría tener consecuencias económicas desastrosas para todos.