Donald Trump no ha perdido el tiempo. Desde el primer día de su nuevo mandato, ha dejado claro que su administración no será cómplice de las políticas progresistas y divisivas que caracterizaron a su predecesor, Joe Biden.
Con una serie de órdenes ejecutivas, el presidente republicano ha empezado a desmantelar la agenda woke que permeó en las instituciones estadounidenses durante los últimos cuatro años, restaurando la meritocracia, la educación en valores y la unidad nacional.
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Adiós a las políticas de diversidad e inclusión de Biden
Uno de los primeros pasos de Trump ha sido revertir la orden ejecutiva firmada por Biden en 2021, que promovía la «equidad racial y el apoyo a comunidades desfavorecidas». Según la Fundación Heritage, esta medida no fue más que un experimento fallido basado en preferencias raciales y sexuales, que dividió a la sociedad y desvirtuó los principios de igualdad de oportunidades.
En apenas 48 horas, Trump eliminó los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en todas las agencias federales, contratistas y beneficiarios de subvenciones públicas. La tercera orden ejecutiva fue aún más contundente: poner fin a la discriminación positiva y restablecer la meritocracia. Esta decisión incluyó una notificación inmediata a los funcionarios encargados de estas políticas, dejándolos en licencia administrativa remunerada como paso previo al cierre definitivo de sus oficinas.
La educación, el nuevo campo de batalla
Trump no solo busca limpiar las instituciones de la ideología woke, sino que ha declarado una guerra frontal contra su infiltración en las escuelas y universidades. El presidente prometió cortar la financiación federal a los centros educativos que promuevan temas como la teoría crítica de la raza, el género y la sexualidad. “La educación no es un experimento social,” subrayó, insistiendo en que su prioridad es devolver a las aulas los valores patrióticos.
Entre sus planes, destaca la creación de un organismo de acreditación que certifique únicamente a los profesores que respeten y adopten valores nacionales. Trump ha descrito esta medida como su «arma secreta» contra la teoría crítica de la raza, asegurando que este sistema protegerá a los estudiantes de agendas políticas divisivas y asegurará una educación que respalde la supervivencia nacional.
El ejército vuelve a centrarse en su misión
El desmantelamiento de la agenda woke también alcanzará al ejército estadounidense. Según Trump, las Fuerzas Armadas deben abandonar los experimentos sociales y centrarse en su función principal: proteger al país. Con estas palabras, dejó claro que las políticas de diversidad y equidad ya no tendrán cabida en las filas militares, recuperando la disciplina y el objetivo de acabar con los enemigos de Estados Unidos.
Recuperando los valores fundacionales de la nación
La administración Trump ha puesto como prioridad la recuperación de los valores estadounidenses, que considera que han sido destruidos durante el mandato de Biden. Esto incluye no solo la restauración de la meritocracia y la protección de las familias, sino también la reivindicación de la historia nacional. La Casa Blanca anunció que los monumentos públicos recibirán nombres que honren adecuadamente el legado de la nación, enviando un mensaje claro: la historia de Estados Unidos debe ser un motivo de orgullo y unidad, no de división.