El sábado por la mañana, el gobierno israelí aprobó un acuerdo de alto al fuego con Hamás, que exige la liberación de decenas de rehenes israelíes y centenares de prisioneros palestinos. La decisión llegó tras horas de deliberaciones, marcando un hito en una guerra devastadora que ha durado más de 15 meses en la Franja de Gaza.
Según la oficina del primer ministro israelí, el acuerdo entrará en vigor el domingo, estableciendo la primera tregua desde noviembre de 2023. Este pacto ha generado tanto celebraciones entre los palestinos como alivio entre los israelíes, que esperan la liberación de los cautivos secuestrados por Hamás.
Reacciones de las familias: esperanza y temor
Para familias como la de Daniel Lifshitz, cuyo abuelo Oded, de 84 años, es uno de los 250 rehenes secuestrados en el ataque del 7 de octubre de 2023, el acuerdo representa una mezcla de esperanza y ansiedad. “El estómago se revuelve y el corazón se desparrama, pero es lo que estábamos esperando”, declaró.
En contraste, las cifras del conflicto son estremecedoras. Más de 46,000 palestinos han muerto, según las autoridades sanitarias de Gaza, aunque estas no diferencian entre civiles y combatientes. Los bombardeos iniciales de Israel, tras el ataque de Hamás, dejaron un saldo de 1,200 muertos israelíes, desencadenando una espiral de violencia.
Detalles del acuerdo: puntos clave
La votación del sábado fue la segunda y última necesaria para aprobar el alto al fuego. El pacto contempla:
- Una tregua de seis semanas, durante las cuales las fuerzas israelíes se retirarán de las zonas más pobladas de Gaza.
- La liberación de 33 rehenes por parte de Hamás, en su mayoría mujeres y personas mayores.
- La liberación de cientos de presos palestinos por Israel, entre ellos Khalida Jarrar, destacada legisladora de Cisjordania.
Sin embargo, persisten dudas sobre la sostenibilidad del acuerdo. Mientras Hamás afirma que no hay más obstáculos para su implementación, algunos familiares de los rehenes temen que el pacto no garantice el retorno de todos los cautivos.
Divisiones políticas dentro de Israel
El primer ministro Benjamín Netanyahu enfrenta tensiones internas en su coalición de gobierno. Líderes de extrema derecha, como Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, han amenazado con abandonar la coalición si el acuerdo avanza hacia una tregua permanente. A pesar de estas amenazas, el acuerdo inicial fue aprobado por 24 ministros frente a la oposición de ocho.
Netanyahu ha intentado mantener un delicado equilibrio entre las demandas internacionales, lideradas por Estados Unidos, y las presiones internas de sus aliados más radicales. La aprobación del acuerdo, aunque histórica, pone en evidencia las fracturas dentro de su gobierno y las tensiones sobre el futuro de Gaza.
El impacto humanitario en Gaza
Mientras tanto, Gaza continúa enfrentando una crisis humanitaria crítica. Los precios de los alimentos y otros bienes esenciales se han disparado, mientras que miles de familias viven en condiciones extremas. Ahmad al Mashharwi, residente del norte de Gaza, describió la situación: “Nos han despojado de todo: no hay seguridad, ni recursos, ni comida. Mis hijos pasan hambre”.
Se espera que el alto al fuego permita un aumento significativo en la llegada de ayuda humanitaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que los envíos diarios de camiones con suministros aumenten de 50 a más de 500. Sin embargo, persisten obstáculos logísticos y políticos que dificultan la distribución efectiva de la ayuda.
¿Un camino hacia la paz duradera?
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, calificó el acuerdo como una “oportunidad histórica” para avanzar hacia la reconstrucción de Gaza y la posibilidad de un Estado palestino. Sin embargo, Netanyahu se ha resistido a las demandas de Estados Unidos para considerar una solución de dos estados, alimentando el escepticismo sobre la viabilidad de una paz sostenible.
A pesar del optimismo inicial, los ataques aéreos israelíes han continuado en Gaza, lo que genera dudas sobre el verdadero compromiso de las partes con el alto al fuego. “El alto al fuego parece no tener sentido”, afirmó Al Mashharwi, reflejando la desesperación de quienes aún sufren los estragos del conflicto.
Conclusión: esperanza en medio de la incertidumbre
El acuerdo representa un paso significativo hacia la resolución de un conflicto devastador, pero las interrogantes sobre su implementación y sostenibilidad persisten. ¿Será esta tregua el inicio de un proceso de paz duradero o simplemente una pausa temporal en una guerra interminable?
La comunidad internacional y las partes involucradas enfrentan un desafío monumental: transformar este momento de tregua en una oportunidad real de cambio para la región. Mientras tanto, para las familias de los rehenes y los habitantes de Gaza, la esperanza y el temor caminan de la mano.