La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil está desentrañando una red de contactos inquietante vinculada a Koldo García, asesor de confianza del exministro José Luis Ábalos, en el marco de la investigación por el desvío de fondos públicos y cobro de comisiones ilegales.
Entre los nombres que figuran en su agenda telefónica destacan los de Francisco Pardo Piqueras, director de la Policía Nacional, y María Gámez, exdirectora de la Guardia Civil, lo que ha levantado serias sospechas sobre posibles filtraciones desde las más altas esferas de seguridad del Estado.
El misterio de las filtraciones y las graves acusaciones de Koldo
La UCO intenta identificar el origen de los chivatazos que la trama recibió mientras era investigada, lo que permitió a los implicados adelantarse a las operaciones policiales. Aunque ya se ha identificado a Rubén Villalba, un comandante de la Guardia Civil, como una pieza clave, los investigadores sospechan que otros altos mandos podrían estar implicados.
Koldo, quien aseguró en varias declaraciones judiciales que sabía que estaba siendo investigado, describió con precisión el funcionamiento del operativo que seguía sus pasos. Además, acusó directamente a Leonardo Marcos, exdirector de la Guardia Civil, de alertarlo.
Sin embargo, Marcos negó rotundamente estas acusaciones en el Senado, declarando que no conoce a Koldo y que nunca tuvo acceso a las investigaciones de la Guardia Civil.
Altos mandos destituidos y su conexión con Koldo
La investigación toma un giro más oscuro al coincidir el cese de Leonardo Marcos con las acusaciones de Koldo. Aunque el Gobierno argumentó «razones personales» para justificar su salida, el momento fue estratégicamente alineado con las revelaciones que llegaron a manos del juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno. Marcos fue rápidamente trasladado a Washington como consejero en la Embajada de España.
Por su parte, Rubén Villalba, el nexo policial señalado como facilitador de la trama, fue detenido mientras trabajaba como agregado policial en la Embajada de España en Venezuela. Su predecesor, descrito como un «agente impecable» por la Guardia Civil, fue cesado de manera inexplicada por un contacto cercano a Koldo. Las piezas del rompecabezas empiezan a encajar, revelando una red que apunta a los más altos niveles del aparato de seguridad.
Implicaciones políticas y judiciales: un escándalo al rojo vivo
La gravedad de la investigación no puede subestimarse. Si se confirma que Koldo intercambió mensajes con Pardo Piqueras o María Gámez después del cese de Ábalos en 2021, la trama se elevaría a un nivel de corrupción sin precedentes, al implicar a directores de los máximos organismos de seguridad del país en un encubrimiento activo.
Este caso no solo pone bajo el foco a altos mandos de la Policía y Guardia Civil, sino que también revela cómo el Gobierno de Pedro Sánchez ha optado por mover fichas clave fuera del territorio nacional, posiblemente para evitar el escrutinio público. Los ciudadanos merecen respuestas claras y contundentes, no maniobras que perpetúen la impunidad.