El magnesio participa en más de 300 procesos bioquímicos en el cuerpo: regula la función muscular y nerviosa, ayuda a mantener el ritmo cardíaco estable, mejora la digestión, y es clave en la síntesis de proteínas y en el descanso profundo. No es un simple suplemento: es un mineral esencial que muchos subestiman. Por eso, saber cuál es la mejor hora para tomar magnesio no es un lujo… es parte del resultado.
Y aunque parece inofensivo, el magnesio tiene efectos que cambian según el tipo que tomas, con qué lo combinas y, especialmente, cuándo lo haces. Algunos formatos ayudan a relajarte. Otros a activar tu digestión. Otros, incluso, pueden ser laxantes. Entender esa diferencia puede ayudarte a elegir la hora correcta y evitar efectos indeseados.
Según el tipo de magnesio: no todos se comportan igual
Hay muchas formas de magnesio, y cada una tiene una absorción y un efecto distinto. Por eso, la mejor hora para tomar magnesio también depende de cuál estés usando.
Magnesio citrato:
Es una de las formas más comunes y con alta biodisponibilidad. Tiene un suave efecto laxante en algunas personas, por lo que suele recomendarse tomarlo por la mañana o al mediodía, preferiblemente con las comidas, para evitar molestias nocturnas o urgencias digestivas en la noche.
Magnesio bisglicinato:
Es uno de los más recomendados para inducir calma y mejorar el sueño. Tiene excelente absorción y es gentil con el estómago. Ideal para tomarlo por la noche, 1 hora antes de dormir, especialmente si buscas mejorar la calidad del sueño o relajar el sistema nervioso.
Magnesio óxido:
Es menos biodisponible, pero útil en casos de estreñimiento ocasional. Debido a su potencial laxante, también se sugiere tomarlo en la mañana, lejos de la hora de dormir.
Magnesio malato:
Se asocia más con la producción de energía celular (ATP), por lo que se recomienda en las primeras horas del día, especialmente si lo tomas por fatiga, fibromialgia o rendimiento físico.
Magnesio taurato o treonato:
Ambos formatos son más específicos para soporte neurológico y cognitivo. Pueden tomarse por la tarde o noche, dependiendo de la respuesta individual.
Como ves, no hay una sola mejor hora para tomar magnesio, sino un rango óptimo según la forma química y tu objetivo.
Mañana o noche: cómo cambia su efecto según el momento
Tomar magnesio por la mañana es una excelente opción si buscas apoyar tu metabolismo, mejorar tu tránsito intestinal o contribuir a un mejor equilibrio mineral desde el inicio del día. Además, algunas formas de magnesio ayudan a regular el estrés matutino o la fatiga leve sin causar somnolencia.
Por ejemplo:
- Si sufres de calambres al despertar, rigidez o ansiedad al empezar el día, tomarlo con el desayuno puede ayudarte a regular esas molestias.
- Si usas un tipo de magnesio que mejora la digestión o tiene efecto laxante, hacerlo en la mañana previene efectos no deseados durante el descanso.
Tomarlo por la noche, en cambio, es lo mejor si buscas inducir relajación muscular, favorecer el sueño profundo o reducir el estrés acumulado. Muchas personas notan que al tomarlo antes de dormir:
- Se duermen más rápido.
- Tienen menos despertares nocturnos.
- Se levantan con menos tensión en cuello, espalda o piernas.
Lo importante es no improvisar. Si cambias de horario constantemente, puedes alterar su efecto acumulativo. El magnesio, como muchos suplementos, funciona mejor con repetición y coherencia. Elige una franja horaria según tu objetivo y manténla durante al menos 3 a 4 semanas.
Cómo integrarlo a tu vida: según tu objetivo y rutina
Para mejorar el sueño y calmar el sistema nervioso:
Tómalo por la noche, entre 20:00 y 21:30, preferiblemente con el estómago ligeramente lleno. El bisglicinato, treonato o taurato son los más indicados. Puedes combinarlo con una infusión relajante o un baño tibio para potenciar su efecto.
Para reducir calambres musculares o apoyar entrenamiento físico:
Tómalo 1 hora antes de entrenar, o inmediatamente después del ejercicio, junto con una comida ligera. El citrato o malato son útiles aquí, y ayudan también a la recuperación muscular y al equilibrio electrolítico.
Para digestión lenta o tránsito intestinal irregular:
Tómalo por la mañana, con el desayuno. El citrato o el óxido funcionan bien en este contexto. Evita tomarlo en la noche si eres sensible a su efecto laxante.
Para estrés, fatiga crónica o fibromialgia:
Puedes dividir la dosis: una parte en la mañana y otra en la noche. Esto ayuda a mantener niveles estables en sangre y reduce el impacto de la fatiga diurna sin interferir con el descanso nocturno.
Recuerda que el magnesio puede interferir con la absorción de algunos medicamentos (como antibióticos o fármacos para la tiroides). En ese caso, deja al menos 2 horas de diferencia entre la toma del suplemento y tus medicamentos recetados.
Y sobre todo: sé constante. El magnesio no es una pastilla mágica, pero cuando encuentras tu mejor hora para tomarlo y lo sostienes, el cuerpo responde. En el sueño, en los músculos, en el intestino, en el ánimo. Todo empieza a sentirse un poco más en equilibrio.
Porque a veces no necesitas más energía… solo menos tensión. Y eso también se consigue, si lo haces bien. Y a su hora.