El municipio valenciano de Alacuás aún se recupera del impacto tras el incendio intencionado ocurrido en la madrugada del martes en una finca de la calle Cid. La responsable, una mujer residente en el edificio, confesó haber utilizado una garrafa de gasolina de 25 litros para prender fuego en las zonas comunes del inmueble con el objetivo de asesinar a su marido, un hombre de 51 años con movilidad reducida.
La mujer, tras provocar el incendio, acudió a las dependencias policiales y declaró: «Id ya, porque va a morir mucha gente», según informa Las Provincias.
Plan macabro y rápida actuación policial
El ataque fue meticulosamente planeado. La mujer roció gasolina desde la escalera interior del tercer hasta el séptimo piso, impidiendo las salidas de los residentes. Además, trasladó todos los extintores al último piso, dejándolos fuera del alcance de los vecinos para dificultar su reacción.
El incendio, que comenzó alrededor de las 3:00 de la madrugada, fue contenido gracias a la rápida intervención de dos dotaciones de la Policía Local. Los agentes lograron evacuar a cinco familias que residían entre el primer y segundo piso, incluidas personas mayores, y rescataron al marido de la autora, quien tuvo que ser sacado a hombros debido a su movilidad reducida.
Para los vecinos de los pisos superiores, se emitió la orden de confinarse en sus viviendas, evitando el riesgo de intoxicación por humo mientras se controlaba el fuego.
Impacto en la comunidad
El incidente dejó conmocionados a los residentes del edificio, quienes aún viven con temor tras el intento de asesinato que pudo haber causado una tragedia mayor. La frialdad de la mujer al planificar el incendio y su confesión posterior reflejan la gravedad de los hechos.
Las autoridades continúan investigando las circunstancias que rodearon este acto, mientras los vecinos tratan de regresar a la normalidad después de una noche de terror.