Los Premios Feroz 2025 han sido entregados este sábado 25 de enero, consolidándose como la gran noche de la industria audiovisual española. Estos prestigiosos galardones, considerados la antesala de los Goya, reconocen tanto el talento del cine como el de la televisión, marcando una clara diferencia al incluir categorías específicas para drama y comedia. En su decimosegunda edición, la gala estuvo conducida por La Dani, ganador del Feroz a Mejor Actor de Reparto en 2024 por Te estoy amando locamente.
Este año, los 240 miembros de la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE) han elegido entre 115 dramas, 42 comedias y 59 series los nombres que definirán el talento del 2025. Además, se ha otorgado el prestigioso Feroz de Honor a Jaime Chávarri, una leyenda del cine español, por su destacada trayectoria.
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Ganadores destacados: Cine y series brillan por igual
Cine
- Mejor Película Dramática: La virgen roja
- Mejor Película de Comedia: Casa en llamas
- Mejor Dirección: Pedro Almodóvar (La habitación de al lado)
- Mejor Guion: Marcel Barrena y Beto Marini (El 47)
- Mejor Actor Protagonista: Eduard Fernández (Marco)
- Mejor Actriz Protagonista: Patricia López Arnaiz (Los destellos)
- Mejor Música Original: Alberto Iglesias (La habitación de al lado)
Series
- Mejor Serie Dramática: Los años nuevos
- Mejor Serie de Comedia: Celeste
- Mejor Guion de Serie: Diego San José, Daniel Castro y Oriol Puig (Celeste)
- Mejor Actor Protagonista en Serie: Francesco Carril (Los años nuevos)
- Mejor Actriz Protagonista en Serie: Nagore Aranburu (Querer)
Una noche para el recuerdo
El talento detrás de cámaras también brilló con los premios a Mejor Tráiler y Mejor Cartel, destacando la importancia de cada detalle en la narrativa visual. Desde La virgen roja hasta Celeste, los Premios Feroz 2025 han demostrado que la creatividad y el talento español continúan siendo referentes internacionales.
¿Qué opina la gente en las redes sociales sobre los Premios Feroz 2025 y sus ganadores?
El problema del cine subvencionado en España no es nuevo, pero cada vez resulta más evidente para la ciudadanía, que siente que se está tirando su dinero en un sector desconectado de los gustos y necesidades del público. ¿Por qué debemos financiar con impuestos un cine que no llena salas y que, en muchos casos, nadie ve? En lugar de promover una industria sostenible y competitiva, se ha optado por crear un sistema de subsidios que funciona más como un refugio ideológico y económico para unos pocos, que como un motor cultural para todos.
La crítica más recurrente no es solo sobre el despilfarro, sino sobre la mediocridad de los productos financiados. Desde películas con guiones desconectados de la realidad de la mayoría, hasta obras que parecen estar diseñadas más para cumplir con requisitos ideológicos que para emocionar, entretener o generar impacto. ¿De qué sirve un cine que no conecta con el público, pero que sí depende del bolsillo de todos?
Muchos señalan que el sector no asume riesgos porque las subvenciones lo convierten en un negocio sin incentivos reales para innovar o mejorar. En cualquier otro ámbito empresarial, si no ofreces un producto atractivo, cierras. Sin embargo, en el cine subvencionado, los fracasos no tienen consecuencias porque las pérdidas las pagamos todos.
A esto se suma la percepción de que gran parte de este cine está impregnado de una agenda ideológica, muchas veces alineada con políticas progresistas y con un discurso «woke» que genera rechazo en una parte considerable del público. El cine debería ser un espacio de diversidad creativa, no una herramienta de propaganda financiada con dinero público.
Es momento de replantear este modelo. El cine español puede y debe sobrevivir en el mercado, como cualquier otra industria, ganándose al público con calidad y esfuerzo, no dependiendo eternamente de las subvenciones. Si no logra adaptarse, quizá haya que aceptar que no todas las industrias merecen ser rescatadas a costa de los contribuyentes.