En el Reino Unido, empresas como BrandPipe y Rook Irwin Sweeney están abrazando la idea de una semana laboral de 4 días sin reducción salarial. Este modelo forma parte de una prueba piloto organizada por el grupo activista 4 Day Week, en la que participan 1.000 trabajadores.
Tras una experiencia inicial en 2022, donde el 92% de las empresas decidieron mantener el esquema, esta iniciativa busca consolidarse como una revolución laboral. Los beneficios prometidos incluyen equipos más felices y productivos, además de una mejor conciliación entre la vida personal y profesional.
Mentes frescas y logística ajustada
BrandPipe, una empresa de software completamente remota, permite a sus empleados elegir días libres escalonados, garantizando así la continuidad de sus servicios. Las reuniones clave, como una semanal para todo el equipo, ayudan a coordinar responsabilidades. Geoff Slaughter, cofundador de la firma, destacó el impacto positivo en la creatividad y el compromiso del equipo: «Lo que intentamos conseguir aquí es asegurarnos de tener mentes más frescas durante más tiempo. Porque así hacemos nuestro mejor trabajo.»
Por su parte, el bufete de abogados Rook Irwin Sweeney da a sus empleados un viernes libre cada dos semanas. Además, implementaron medidas para mejorar la productividad, como horas de concentración libres de distracciones y reuniones con orden del día estricto. Anne-Marie Irwin, socia del bufete, subrayó la importancia de desafiar la cultura del agotamiento que tradicionalmente caracteriza al sector legal.
Resultados prometedores y proyecciones
Los datos de la primera prueba revelan un descenso significativo del estrés y el agotamiento entre los empleados, mientras que las empresas no reportaron impactos negativos en sus ingresos. Los organizadores planean presentar los resultados al gobierno británico, con la esperanza de que este modelo sea implementado legalmente en todo el país antes de 2030.
Joe Ryle, director de la campaña 4 Day Week, declaró: «Queremos que la semana de cuatro días se convierta en la forma normal de trabajar en este país a finales de esta década.»
Con ejemplos exitosos en países como Islandia, Escocia y Nueva Zelanda, la semana laboral de 4 días promete transformar el panorama laboral global, desafiando los modelos tradicionales en favor de un equilibrio más humano y sostenible.