El panorama electoral de 2024 confirma una tendencia clara: mientras la izquierda se fragmenta y pierde fuerza, Vox consolida su ascenso en las encuestas, alcanzando un 14% de intención de voto y unos 40 escaños en el Congreso. Este crecimiento, que comenzó en verano, refleja el descontento ciudadano con la gestión del Gobierno y una creciente demanda de un liderazgo político firme y basado en valores tradicionales.
Por su parte, el Partido Popular sigue siendo el favorito para ganar las próximas elecciones generales, con una ventaja considerable sobre el PSOE, aunque ambos partidos han visto sus números afectados por la gestión de la DANA y los escándalos que rodean a Pedro Sánchez.
La izquierda dividida y en caída libre
En el otro extremo del espectro político, Sumar continúa su desplome imparable. Con Yolanda Díaz al frente, la coalición no logra convencer al electorado y cae por debajo del 6% en intención de voto, quedando peligrosamente cerca de Podemos, según algunos sondeos como el de La Razón. La pérdida de fuerza de Sumar podría reducir su representación parlamentaria a menos de 10 diputados, un golpe devastador para la izquierda.
Mientras tanto, el partido Se Acabó la Fiesta, liderado por Alvise Pérez, que obtuvo un buen resultado en las elecciones europeas, no logra consolidarse como una alternativa relevante en las generales.
Una mayoría sólida para PP y Vox
En este contexto, la única investidura viable sería un acuerdo entre el Partido Popular y Vox, que juntos superarían los 190 escaños en el Congreso. Aunque las negociaciones entre ambas formaciones podrían ser complejas, esta alianza representaría una mayoría sólida y una alternativa clara al desgastado modelo del Gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez.
Por el contrario, el PSOE enfrenta un panorama desolador. La fragmentación de la izquierda, sumada a la pérdida de apoyos, hace imposible que Sánchez pueda reeditar su coalición, dejando a la derecha con la única mayoría posible para liderar el país.
Conclusión: Vox consolida su posición
El cierre de 2024 marca un cambio claro en el mapa político español. Con un PP fuerte y un Vox en ascenso, la derecha se perfila como la única opción capaz de garantizar la estabilidad y el cambio que muchos españoles están demandando. La izquierda, por su parte, enfrenta su momento más crítico en décadas, con divisiones internas y una desconexión evidente con las necesidades del electorado.